miércoles, 20 de enero de 2010

Bereshit

Quedaron usadas, gastadas las horas
y el libro abierto, como flor
en un jardín de nadie. ¡Deprisa,
la noche no llegará si la palabra última
vence al ocaso!
La luz que recorre el mundo
es una sílaba despierta,
una letra que has encendido
como vela en medio de lo oscuro,
en lo más profundo del alma
donde duermen los silencios
y las voces de este sueño
nacido de un vientre sin origen.
Quedaron historias por descifrar,
el resplandor del beso, la semilla
que inocente asciende a su cielo,
el amor que se fue y busca su regreso,
un poema que se hace vida al cantarlo
como luz que al ser vista se estremece.
Una rosa, un pétalo, un océano…
Un mar extranjero que navegar entre letras
cada noche, en cada palabra, en cada historia.

2 comentarios:

Meri Pas Blanquer dijo...

Aquí no hay nada apagado, volverá a poner muchos troncos en la lumbre.
Hasta el sueño se despierta, seguro.

bayle dijo...

Nada muere, nada se apaga. Al final, lo que somos va siempre con nosotros y flotando queda lo superfluo, todo eso que parecía tan necesario en su momento, tornado ahora estéril y baldío.

Incluso en sueños y al despertar, sólo brilla lo que tiene capacidad para ello

Saludos Jose Manuel.
CitizenGhola

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